el bombardeo de información que existe actualmente; entre internet, las redes sociales, anuncios en la televisión, radio, espectaculares, paradas de autobús, pantallas, y hasta en la mesa en donde comes... Y en toda esta bomba informativa incontrolable, los publicistas día a día luchamos con el conflicto de competencia, cómo llamar tu atención, cómo hacer que el mensaje se quede en la memoria de las personas y más importante aún: cómo lograr que tú elijas un producto o servicio entre miles.
¿El secreto? Adelantarse al comportamiento de los consumidores.
Lo primero que tienes que saber, es que hay una parte en el cerebro llamada amígdala, ésta se encarga de controlar las emociones y las reacciones primarias e inmediatas que tenemos, pues procesa la información 5 veces más rápido que la mente racional. Este pequeño elemento travieso en el cerebro es el que deja grabado en la memoria las impresiones más importantes. Una forma de conquistarlo mediante la publicidad es utilizar palabras que generan impacto en las emociones; palabras que te hagan actuar con carácter de urgencia, acercándose a un nivel de ansiedad.
Otro elemento a la que la mente reacciona de forma inmediata son las imágenes. Se dice que el 90% de los datos almacenados en el cerebro son de carácter visual, pues además de ser más impactantes son procesadas por el cerebro 60,000 veces más rápido que los textos. Recuerda que una imagen es mucho más fácil de recordar que un texto, y si, adivinaste: una imagen dice más que mil palabras.
¿Te ha pasado que te identificas con una imagen o un comercial? Eso se debe a que, desde que nacemos, nuestro cerebro es capaz de identificar las reacciones en el rostro y expresiones de otra persona para detectar amenazas o estímulos positivos. Por lo que en la mercadotecnia, mostrar personas que generen empatía y llamen la atención positivamente, es una buena forma de atraer la atención de los consumidores.
El cerebro humano es toda una caja de monerías, ¡Impresionante caja de monerías! Pues también es capaz de reaccionar y actuar en función a los colores que se muestran, puesto que entre el 60 y 90% de cómo nos sentimos está influenciado por los colores. Asimismo, las palabras que se utilizan para caracterizar, nombrar o clasificar a un producto o servicio, influirán en el impacto, comportamiento y actitud de compra del consumidor, por ejemplo: Extra grande, premiere, básico, descuento adicional, preventa, edición limitada.
Y por último pero no menos importante es el sentido de pertenencia. Los sentimientos aspiracionales, los deseos, objetivos, el sentimiento de competencia. Desde la época prehispánica, el hombre a luchado para ser parte y sentirse parte de una manada y no sólo eso, sino de sobresalir dentro la manada, por lo que agregar a tu publicidad elementos aspiracionales e inspiracionales, siempre va a ser una buena puntería para dar en el clavo.
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